En Colombia, donde el acceso al agua significa un lujo para muchos y un derecho para otros, nos ha hecho falta entender que también implica una responsabilidad por su gran valor económico, social y ambiental. Cada industria y/o usuario de este servicio debe ser consciente de que el agua dulce de calidad es un recurso natural cada vez más escaso tanto a nivel superficial como subterráneo.

No cabe duda de que el agua es una materia prima muy importante para las industrias, y así mismo, la industria es el motor del crecimiento económico. Sin embargo, en muchas ocasiones la necesidad de maximizar el proceso productivo deja de lado la protección del medio ambiente en la fase de planificación. El adecuado tratamiento de agua contaminada y su posterior reutilización contribuye a un consumo sostenible y a la regeneración ambiental.

Los compuestos orgánicos e inorgánicos se encuentran en aguas residuales procedentes de instalaciones industriales diversas. A diferencia de las aguas residuales domésticas, los efluentes industriales contienen con frecuencia sustancias que no se eliminan por un tratamiento convencional, a veces por estar en concentraciones elevadas o bien por su naturaleza química. Muchos de los compuestos orgánicos e inorgánicos que se han identificado en aguas residuales industriales son objeto de regulación especial debido a su toxicidad o a sus efectos biológicos a largo plazo.

Más de un 80% de los residuos peligrosos del mundo se producen en los países industrializados, pero en las naciones en vía de desarrollo como Colombia, el 70% de los desechos que se generan en las fábricas se vierten al agua sin ningún tipo de tratamiento previo, causando graves daños a los recursos hídricos disponibles. El sector productor no sólo es el que más gasta, sino también el que más contamina. Los anteriores datos vislumbran el panorama sobre la gran importancia del tratamiento de agua y su reutilización.