En Colombia, abrir un grifo y ver salir agua potable todavía no es una realidad para todos. Suena increíble, pero según la Encuesta de Calidad de Vida del Dane, cerca de 7 millones de personas —el 13% de la población— siguen sin acceso adecuado a este recurso básico.
Pero algo está cambiando.
Gracias al impulso del Gobierno del Cambio, más de 2 millones de colombianos han logrado acceder a agua potable por primera vez. No es una cifra menor. Es un cambio de rumbo. Un salto hacia la dignidad.
Nueva visión para cerrar viejas brechas
El viceministro de Agua y Saneamiento Básico, Edward Libreros, lo resume así:
“el cierre de brechas en el acceso al agua implica un cambio en la visión de la gestión del recurso hídrico”.
Y ese cambio ya se está notando: Colombia ha avanzado casi un 50% en la meta de brindar agua potable a más de 4 millones de personas. Este nuevo enfoque no solo se basa en infraestructura. También implica focalizar recursos donde nunca antes habían llegado.
Vemos un ejemplo real: el resguardo indígena de Caño Mochuelos, en Paz de Ariporo (Casanare). Un sistema de acueducto, con más de 6 mil millones de pesos en inversión, está transformando la vida de comunidades que por años quedaron fuera del mapa.
No solo obras: también comunidad
Pero la estrategia que va a cambiar el futuro no se limita a poner tuberías. Una parte vital del avance ha sido el fortalecimiento de los gestores comunitarios del agua. Estas organizaciones, muchas veces pequeñas, son las que realmente sostienen el servicio en zonas rurales donde las grandes empresas no llegan.
Ahora, gracias al Decreto 1697 de 2023, estos gestores reciben apoyo económico: 14 mil pesos por suscriptor, para garantizar su sostenibilidad. Hasta hoy, más de 331 organizaciones han sido beneficiadas y se han entregado cerca de 9 mil millones de pesos para fortalecer su trabajo.
Lógicamente eso tiene un impacto real más allá de las cifras.
Antes se caminaba por agua, hoy hay grifos en las escuelas
En la Alta Guajira, una de las regiones más golpeadas por la falta de agua, se han dado pasos históricos. El Plan Provisional liderado por el Gobierno ha llevado agua potable a más de 128.000 habitantes. Entre ellos, la comunidad indígena Petsuapa, en Uribia.
Allí, 1.200 personas —incluidos 350 niños de un internado— ya no tienen que caminar kilómetros hasta un jagüey compartido con animales. Hoy, tienen agua limpia, dentro de su escuela.
¿Te imaginas el cambio? Poder beber, cocinar, lavarse las manos… sin miedo.
Tecnología en lugares donde otros no llegan
Este tipo de avances nos muestran algo fundamental: las soluciones tienen que adaptarse a la realidad del territorio. En Acuatecnica lo entendemos bien. Nuestro portafolio de plantas potabilizadoras está pensado para responder a estos retos.
Son sistemas modulares, escalables y eficientes, capaces de llevar agua limpia a comunidades remotas, sin depender de infraestructuras complejas. Porque una gota limpia puede parecer poco… pero es el inicio de todo.
El acceso al agua potable no es la meta. Es el punto de partida. Con cada nuevo hogar, escuela o vereda que recibe agua, se abre una puerta. A la salud. A la educación. A la posibilidad de soñar con algo más que sobrevivir.
Y aunque el camino es largo, estos avances nos recuerdan que sí se puede. Y si tú también crees que el acceso al agua potable dignifica, transforma y construye futuro, conversemos. Estamos listos a ayudar.