Aproximadamente desde el año 4.000 A.C existe evidencia de que los griegos ya tenían métodos para mejorar el sabor y el olor del agua. Usaban tratamientos como la filtración a través de carbón, la exposición a los rayos solares para lograr ebullición o dejaban reposar el agua en vasijas de barro durante varios meses para dejar precipitar las partículas e impurezas, y mediante un sifón extraer el agua de la parte superior (decantación). En otras ocasiones incorporaban ciertas sustancias minerales y vegetales para facilitar la precipitación de partículas y clarificar el agua (coagulación).
Ya en el siglo XIX surgió el descubrimiento de que había micro-organismos capaces de transmitir enfermedades a través del agua. Así que se llegó a la conclusión de que la turbiedad del agua no era solo un problema estético, dado que las partículas en las fuentes del agua como la materia fecal, sería el ambiente perfecto para la vida de diversos agentes patógenos.
Desde el siglo XX hasta la actualidad la filtración y la desinfección con cloro del agua potable han permitido que gran parte del 50% de aumento de la expectativa de vida en algunos países haya sido posible. Sin embargo, en algunos otros países en vía de desarrollo, gran parte de la población consume agua contaminada. Los sistemas de abastecimiento de agua potable sin tratar o con un tratamiento que no es adecuado, siguen siendo la mayor amenaza para la salud pública.
En la potabilización del agua se debe recurrir a métodos adecuados y afines a la calidad o las condiciones del agua origen a tratar. Acuatecnica ofrece toda la tecnología necesaria para el tratamiento de aguas. La Estación de Tratamiento de Agua Potable (ETAP) es la instalación donde se lleva a cabo el conjunto de procesos de tratamiento de potabilización.