En Colombia, la lluvia cae con fuerza, los ríos serpentean por selvas y montañas, y los glaciares aún coronan algunos de nuestros nevados.

A simple vista, el agua parece infinita. Pero los incendios, las sequías y los racionamientos recientes han encendido una alarma: ¿y si este recurso, que muchos daban por sentado, empieza a escasear?

Esa pregunta ya no es una hipótesis lejana.

En Bogotá, el páramo de Chingaza —que aporta el 80% del agua de la ciudad— está bajo presión. En Chocó, apenas uno de cada tres habitantes accede a agua potable de forma segura. En La Guajira, hay familias que caminan kilómetros por un balde de agua. Y mientras tanto, más del 40% del agua producida en el país se pierde antes de llegar a los hogares.

Somos una potencia hídrica… con sed

Colombia es uno de los países con más agua en el planeta.

Las cinco grandes cuencas (Caribe, Pacífico, Magdalena-Cauca, Orinoco y Amazonas) producen seis veces más agua que el promedio mundial. Los páramos, esos milagrosos ecosistemas de altura, cubren menos del 3% del territorio, pero abastecen a dos de cada tres colombianos.

¿Entonces qué está fallando?

La respuesta está en la gestión. Más de 86 instituciones públicas, regionales y locales gestionan el agua en Colombia… pero muchas veces, sin coordinación. No hay una autoridad central que tome decisiones claras. Y aunque la inversión ha aumentado, la infraestructura sigue rezagada: solo el 42% de las aguas residuales se tratan adecuadamente. El resto termina contaminando ríos, mares y fuentes de consumo.

A esto se suma el calentamiento global. En solo 50 años, Colombia ha perdido el 60% de sus glaciares. El siguiente en desaparecer será el Nevado de Santa Isabel, y podría hacerlo antes del 2030. Los humedales, vitales para regular el ciclo del agua, también están siendo invadidos, drenados o contaminados.

¿Quién usa el agua?

Los datos también revelan una desigualdad en el consumo. El sector agropecuario, la piscicultura y la generación de energía demandan más del 80% del agua del país cada año.

Sin embargo en los hogares, apenas el 9.5%. Sin embargo, es en las casas donde más se siente la escasez y donde más vulnerables son las familias frente a la mala calidad del agua.

Y es ahí donde intervienen las soluciones que marcan la diferencia.

Acuatecnica: cuando el agua se transforma en bienestar

En medio de este panorama, Acuatecnica se ha consolidado como una de las pocas empresas que entiende la complejidad del problema y proporcionar respuestas reales y adaptadas al territorio.

Con más de tres décadas de experiencia, Acuatecnica diseña, construye y opera plantas de tratamiento de agua potable y residual en zonas rurales, urbanas e industriales. Su modelo no es de “una solución para todos”, sino de soluciones modulares, adaptables y sostenibles, pensadas para las particularidades de cada región.

Desde municipios pequeños hasta comunidades indígenas, pasando por industrias que buscan reducir su huella hídrica, Acuatecnica ha demostrado que es posible mejorar el acceso, la calidad y la gestión del agua en Colombia.

La situación actual del agua en Colombia es una mezcla de abundancia natural y gestión deficiente. Pero también es una oportunidad. Como lo muestra el especial de La Silla Vacía, los retos están sobre la mesa: pérdida de glaciares, desperdicio, contaminación y fragmentación institucional.

Y ahí, más que nunca, se necesita actuar con visión, conocimiento y responsabilidad.